jueves, 17 de marzo de 2011

A un magnífico cansino

Érase una vez
un hombre que no callaba,
una boca que parloteaba,
zafias palabras incansables,
voz insistente que me aturdes,
no seas tan persistente, ingrata.
Halla tu silencio,
clausura tu lengua,
censura tu pobre verborréa,
y deja que llegue la calma.
Títire de tus propios vocablos,
sáciate con tu discurso,
abúrrete con tu charla,
y cállate ya.

jueves, 3 de marzo de 2011

UN AMOR MÁS

Ayer estaba junto a ti,
las barreras de la sociedad rompimos
tanto el diván, como el armario destruimos,
pero ahí llegaron las malas miradas
y crueles e impasibles los miedos arañaban
las pocas esperanzas que restaban.

¡Que mitigue ya esta dichosa congoja!
¡Que cese de una vez el sufrimiento!
Un simple beso, una mera caricia,
¿Es excusa para castigar con dicha agonía?

No fue un capricho mío,
ni nada por el estilo
¿Por qué nos separan?
Qué importara el sexo,
si a cada beso,
pongo el corazón entero.

Me siento impotente
prácticamente inexistente.
Mi guitarra ya no sale de Farra,
y mi voz en el silencio
enmudecida sin su fruta prohibida.

Soy esclavo de la sociedad por amar
no tengo nada que disfrazar, ni ocultar,
ya lo dijo Facundo Cabral:
“nadie puede dar consejos,
no hay hombre que sea tan viejo”.
Así pues, que nadie opine de mi camino,
solo Dios decidirá mi destino.

A cada momento siento
que no pasa el tiempo,
sueño con nuestros labios sellados
rodeados de puertas abiertas,
con el frescor de tu tierna sonrisa,
con tu tersa piel sabor a miel,
con el omega de este romance,
que cura su herida,
luchando por ser sin ser,
otro amor más.

miércoles, 2 de marzo de 2011

le parfum de la solitude

Hoy he pensado en lo prepotentes que somos constantemente, siempre creemos tener la razón. Resulta pedante que todos los escritos suelen ser con un lenguaje culto, pero me niego a tal hecho.
Cuántas veces contamos con que nuestros más fieles amigos, que nuestra familia nos van a entender, que van a demostrar toda esa empatía de la que fardan y realmente no son capaces de entender lo que sentimos, se pierden en vanas e irrelevantes noches de farra.
Por mucho que digan "yo te apoyo" o "estoy contigo" la verdad es que estoy solo. Aunque piensen que me entienden la realidad no es esa, no saben ni comprenden qué ni cómo ni porqué siento algo. Es duro y triste decirlo pero me sientro y estoy solo. Cruda soledad, hermana de la compañía que a  pesar de que no te quiero cerca acechas sigilosa para ver cuando atacar, ¿por qué me atacaste a mí? ¿qué te hice? ¡aléjate de mí! y déjame ser feliz.